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Has decidido pintar tu casa de blanco y, al llegar el momento de decidir qué pintura usar, te enfrentas a elegir entre blanco brillante, blanco hueso, blanco roto, blanco crema, blanco tiza… ¿Acaso hay diferencia entre estos tonos? Y si la hay ¿cuál conviene en tu casa?
La realidad es que aunque el blanco sea el más puro y clásico de los colores, también es muy complejo. Aunque, según la rama de estudios de la cromatología, el blanco sea símbolo de la sencillez, también viene cargado de muchos significados y matices. Según elijamos un tono más cálido o más frío, la pintura blanca de nuestra casa transmitirá sensaciones diversas.
Por ello, en este artículo veremos qué diferencias de blanco hay, cómo usar el color blanco hueso y el blanco roto, cómo combinar pintura blanca con la decoración y mucho más.
Existen multitud de blancos según los matices de otros colores con que se mezcle. Tenemos desde blancos más cálidos si se unen a matices crema (ligeramente mostaza, pastel o humo), hasta los tonos más fríos, que se acercan al azul.
En ese paleta existen posibilidades muy variadas, que se adaptan a cualquier gusto y necesidad de nuestra decoración. Es decir, según el matiz de pintura de color blanco por el que apostemos, podremos dar una personalidad diferente a cada estancia.
Veamos a continuación varias opciones según el color y la habitación de la casa.
El blanco puro es el estándar que se nos viene a la cabeza al pensar en este color. Según la rama de estudios de la cromoterapia, se trata de un tono que inspira valores de pureza y sencillez. La pintura de color blanco es un fondo perfecto en paredes, porque no pasa de moda y es neutro, de modo que podemos usarlo para hacer destacar la decoración. Además, aporta mucha luminosidad a las habitaciones estrechas o interiores y genera un efecto óptico de amplitud. En este ejemplo de habitación reformada, pensada y proyectada para una persona soltera, el blanco da un una impresión moderna y minimalista, agrandando aparentemente el tamaño de la habitación.
En comparación con el blanco puro, el blanco roto añade un mínimo toque de color que lo acerca al beige. Aunque parezca muy similar, el blanco roto no tiene el brillo deslumbrante del blanco puro, por lo que recoge la luz de la casa de manera diferente y resulta todavía más acogedor y relajante. Además, oculta mejor la suciedad o los roces. En este caso, el blanco roto de esta cocina separada con cristales y decorada con pilar y vigas de hormigón, muestra cómo el juego de blancos crea más profundidad en la decoración.
El blanco roto también se suele llamar blanco hueso, pues este combina unos toques de marrón. En este caso, podemos ver una habitación infantil pensada para mantenerse actual en el tiempo gracias a su confianza en el color blanco. La habitación en blanco roto con los tiradores en un color beige también neutro, a juego con la pared del fondo, servirá mientras los niños crecen. Cambiando el vinilo de la pared, algunos pocos detalles decorativos y la ropa de cama, esta habitación pasará de ser una acogedora sala infantil a otro espacio para adolescentes. En conjunto, una paleta de colores que crea un ambiente suave y acogedor.
El salón es un espacio perfecto para jugar con las profundidades que aportan diferentes tonos de blanco, pues es un tono clásico y neutro que no pasa de moda. Aquí vemos un salón reformado donde se mantiene un estilo clásico y líneas sencillas, pero con muchas texturas y variadas luminosidades. El conjunto está cargado de alegría, porque se utiliza una base de pintura blanco puro y blanco roto en la pared, pero dinamizado con colores llamativos y atrevidos en muebles de madera, muy contemporáneos. En resumen, un espacio elegante, funcional y moderno.
Además de pintura blanco hueso o pintura blanco roto, en el cuarto de baño también podemos utilizar microcemento color blanco roto para obtener un efecto más vivo, natural y cálido que con un blanco puro estándar. El contraste entre los tonos de blanco de la pila y el armario crea un efecto vivo, restando toda frialdad del conjunto.
Un salón blanco es símbolo de elegancia y de diseño que nunca pasa de moda. Un lienzo puro sobre el que se pueden aportar notas de color. En este salón se parte de
un fresco parquet cerámico color blanco hueso (ya cercano al crema), cuyos tonos suaves sirven para potenciar la amplitud del espacio. El mismo tono se emplea para los muebles de la cocina y la sala, con el fin de proporcionar armonía y conseguir mayor amplitud visual. Además, las paredes y las puertas de tono blanco roto un poco más claro sirve una doble función: refleja la luz tanto y combina con el tono de los muebles.
Con una pintura de pared de blanco hueso más cercano al marrón o crema, podemos crear un lienzo neutro sobre el que añadir detalles impactantes. En este caso, pocos y escogidos muebles en tono blanco roto, con gran capacidad de almacenaje, combinan con un bello cabecero, cuyo estilo elegante resalta más sobre el fondo de la pared de blanco hueso amarronado.
Si nuestro tono de blanco tiende al gris, es habitual llamarlo blanco humo o blanco perla. De nuevo, su tono elegante sirve perfectamente de fondo neutro en un salón, pero resulta todavía más interesante si lo combinamos con otros tonos de blanco. Aquí, tenemos el ejemplo de un suelo laminado acabado roble con el nudo marcado, pintura y zócalos blancos puros, con una elegante pared de color humo.
Si estás buscando más tonos o combinaciones, recuerda que siempre puedes consultar con un experto en color y diseño de paredes.
El color blanco crema puede moverse entre lo amarillo y lo amarronado, muy cerca del beige. Aporta estabilidad y sensación de calidez. En este caso vemos una pared aislada con corcho, pero cubierta con un papel pintado que previamente ha sido impreso con un diseño gráfico de gran formato con el dibujo de un elegante mapa.
El blanco crema combina de forma efectiva con el blanco puro y la madera, pues se encuentra a medio camino de ambos. Aquí tenemos una butaca de alegres colores con reposapiés junto a una luminosa ventana, vestida con screen en blanco roto. Además, se ha añadido un panel de color ya casi crema que sirve de soporte para la televisión así como de zona de almacenaje interior.
El blanco antiguo suele usarse para referirse a un blanco que se acerca al del papel viejo, ya amarillento por el paso del tiempo. Es un tono más cálido y vivo que el blanco puro. En este dormitorio principal, para ganar espacio, un cabezal con mesitas y cómoda integradas en color blanco roto dialogan con papeles de pared en tonos rosa palo. Este efecto de contrastes y profundidades se incrementa más aún por el escenográfico efecto lumínico de dos lámparas que resaltan los tonos diversos del blanco..
El blanco tiza es un tono más frío, pero fácil de conseguir a través de la pintura de tiza. Este tipo de pintura, por su efecto natural y bohemio, resulta perfecto para utilizarlo en acabado de muebles, vigas de madera y en decoraciones. En este comedor, el blanco puro de las sillas genera un contraste maravilloso con el blanco roto de las paredes y el color tiza de las vigas pintadas.
En este comedor vemos una pintura de pared blanco puro que contrasta con el aspecto cálido de la madera y que aporta mucha luminosidad al espacio. Además, la madera de vigas y decoraciones queda perfecta con complementos decorativos en tonos azules y verdes, así como con la puerta antigua pintada con pintura de tiza, pues aporta un poco de frescura al espacio.
Si buscas más ideas para tu pintura de color blanco, lee sobre estas 10 combinaciones de colores para hacer que tu salón parezca más amplio.
Dentro de los tonos de blanco, existen muchos nombres que aluden a cada tono y, en la realidad, no hay distinciones científicas evidentes sobre qué diferencia a un blanco roto de un blanco hueso o un blanco antiguo. Por eso, es mejor que pruebes la pintura que vas a usar antes de pintar por completo, así como que compruebes con detalle las combinaciones. En este caso, podemos ver el gran poder que tienen los tonos del blanco para ganar luz (el armario en cerezo que tanto ocupa en esta habitación queda suavizado por el blanco roto) y también para generar profundidad (el blanco de tonos diferentes de la ropa de cama, de los muebles y de la pared, crea texturas interesantes).
Si quieres crear tu propia gama de pintura de color blanco o perla o marfil, sencillamente compra un bote de pintura blanca básica y añade unas gotas de marrón, algún color crema o gris. Remueve y prueba el color obtenido. Puedes añadir más blanco si lo quieres volver a aclarar. Con este sistema, puedes jugar con la pintura hasta dar con el tono de blanco perfecto para tu decoración.
