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De la leña a la pieza de gas, la evolución de las estufas ha dejado una variedad interesante de piezas para preparar alimentos y hoy en homify te hablamos de una de ellas: la estufa eléctrica.
En primer lugar hay que destacar que tuvieron que pasar muchos años de desarrollo tecnológico, para que hoy se pueda cocinar cómodamente con una estufa eléctrica. De tres piedras y unas cuantas ramas secas que concibieron a las primeras fogatas a una estufa que cocina con conexión eléctrica, vaya que hubo evolución.
Las primeras estufas eléctricas que siguieron a las parrillas de gas se concibieron en 1890, una década después de que se dieran a conocer las lámparas incandescentes. Como dato curioso, se sabe que los británicos Crompton y Dowsing patentaron el primer modelo de estufa eléctrica para uso doméstico.
Con la popularidad de las estufas eléctricas, seguro hay muchísimos motivos para decidir tener una en la cocina, aquí te decimos los 13 que más nos han cautivado.
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La estufa eléctrica o parrilla se creó como una posibilidad más segura, si se compara con las clásicas parrillas de gas. Los científicos y físicos británicos Crompton y Dowsingn (quienes diseñaron la estufa eléctrica) pensaron en dejar d lado los ductos de gas y utilizar un alambre de alta resistencia enrollado en una placa rectangular de hierro; el alambre conduce electricidad y calor al mismo tiempo; así no hay una tensión constante a que existan fugas de gas que puedan ocasionar accidentes.
Una vez que se comenzó a crear el sistema de suministro de gas en las grandes ciudades, empezaron a surgir ciertos inconvenientes, ya que aunque las parrillas de gas funcionaban de manera eficiente, el olor que despedían era muy fuerte.
Ante ese panorama (mejorable), la estufa eléctrica surgió y se ha consolidado más allá de las cocinas modernas y novedosas, y es que estas estufas empotrables lucen muy bien en todos lo estilos.
A principios de 1900, parrillas de gas comenzaron a esmaltarse y forjarse el hierro para este tipo de parrilla, lo que facilitaba su limpieza. Veinte años después se integraron encendedores automáticos para las parrillas, y con el tiempo se redujo considerablemente su tamaño y se crearon las estufas empotrables. Ante esta interesante evolución, las estufas eléctricas tomaron lo mejor de los dos mundos; la seguridad de la electricidad como combustible y los modelos de estufas empotrables en encimeras e islas de cocinas.
Los materiales y la tecnología se hacen presentes en el diseño de la estufa eléctrica; por ejemplo, el acero inoxidable, los termostatos, focos y vidrios instalados en el horno para permitir la visión del interior, sistemas de convección avanzada y hasta sistemas inteligentes de auto limpieza. Definitivamente la estufa de mesa y bulto, cuando es eléctrica, también tiene muchos avances múltiples y tecnológicos que hacen la vida de sus usuarios más fáciles.
Los modelos de estufas eléctricas se han perfeccionado con materiales como níquel y cromo para alcanzar temperaturas más altas. Además, los elementos ligeros como la arcilla refractaria han comenzado a sustituir a las placas pesadas de hierro; lo que ha hecho posible la primera estufa eléctrica portátil y el auge de la estufa de mesa.
Aunque la tecnología detrás de las estufas eléctricas está innovando cada día, las estufas empotrables de inducción destacan como uno de los mejores estilos de estufa disponible. Estas estufas de inducción son potentes, eficientes y seguras que las parrillas de gas e incluso de las estufas eléctricas más tradicionales.
Como en todos los demás electrodomésticos, no tardaron en aparecer estufas eléctricas perfeccionadas que hacen de un amanera más eficaz su trabajo. El inventor Albert Marsh fabricó el elemento radiante con una aleación de mérales como el níquel y el cromo; dicha aleación es capaz de alcanzar temperaturas altas de manera rápida y sin fundirse.
El siguiente paso en la evolución de la estufa eléctrica, ya en años recientes, se ha marcado con la aparición de resistencias enrrolladas helicoidalmente en una base de material cerámico y, todavía más actual, de resistencias blindadas o embutidas en una placa metálica.
Vaya que las estufas empotrables o de mesa que son eléctricas, están evolucionando de una manera sorprendente.
Hoy las resistencias de las estufas eléctricas están colocadas en un vidrio especial, muy fácil de limpiar. Entre ellas, el último grito es la estufa de inducción de la que ya te hablamos arriba: la resistencia no calienta la superficie del vidrio que queda visible en la superficie, sino que genera directamente un incremento de la temperatura haciendo vibrar las moléculas de la base y logrando calentar los alimentos más anhelados.
Desde la creación de la estufa eléctrica, el mecanismo base fue pensado a detalle para que fuera seguro y eficaz. El método precursor consistía en un alambre de alta resistencia enrollado varias veces alrededor de una placa rectangular de hierro, que al conducir la electricidad adquiría
un brillo blanco anaranjado que elevaba la temperatura de toda la superficie.
Este mecanismo demuestra la eficacia de la estufa eléctrica y justifica que hoy sea la parrilla favorita de muchos, ya como estufa de mesa, ya como estufa empotrable.
Las cocinas eléctricas que se pueden encontrar con más frecuencia en el mercado están constituidas por una o más parrillas contenidas en un mueble completo y otras que se colocan como independiente en el suelo; además se existes aquellas que se empotran en un hueco previa- mente hecho para contenerla en el mueble principal de la cocina, es decir, las estufas empotrables. Por último, están las estufas eléctricas que solamente constan de una placa o parrilla que contiene los quemadores.
En definitiva, las estufas eléctricas ofrecen la posibilidad de una mayor eficiencia, control y baja emisión de humo. Si bien sólo son una alternativa más en los diseños de estufas residenciales; vale mucho la pena darles una oportunidad.
