El ático más artístico de Madrid

Marisa Alcore Marisa Alcore
Valverde, Maroto e Ibañez Arquitectos Maroto e Ibañez Arquitectos Salones de estilo minimalista
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Valverde es de esos apartamentos donde la duda de si se puede considerar arte a la arquitectura queda resuelta. Tan solo hace falta echarle un ojo a sus fotografías para entender que esta pieza doméstica es mucho más que una simple vivienda. Cuando la funcionalidad y una estética exquisita se aúnan y cogen forma, se produce un resultado mágico: la arquitectura resplandece rodeada por un aura especial. Aunque tendamos a pensar en obras más grandes o de otra tipología, este hecho puede ocurrir hasta en la más sencilla de las reformas. Esta es la historia de este apartamento situado en la Gran Vía de Madrid. Antes de la intervención de Maroto e Ibánez Arquitectos su forma parecía languidecer entre una secuencia de patios, que con diferentes caracteres arrojaban luz a las enrevesadas habitaciones de su programa. Sin más propósito que el de sacar el mayor número de estancias independientes al total de su superficie, las virtudes de Valverde se perdían entre puertas y pasillos. Tan solo sus vistas a una de las áreas más hermosas de la capital española y sus ocultas posibilidades la mantenían como un diamante en bruto que tan solo hacía falta pulir para que reluciera. 

La delicadeza del salón

Antes de la reforma, Valverde era un apartamento excesivamente compartimentado. Su forma alargada y poco regular quedaba dividida en pequeños habitáculos relacionados a través de un pasillo quebrado. La cantidad pesaba más que la calidad espacial. Este proyecto de reforma dio la vuelta a la ley que había regido su anterior organización, instaurando la delicadeza y fluidez como sus nuevas normas fundamentales. Además de derribar tabiques, se incorporó un nuevo volumen a este céntrico ático: el espacio bajo cubierta. 

La continuidad

La continuidad fue uno de los objetivos perseguidos. La vivienda se configura como una sucesión de espacios abiertos, en el que van estableciéndose los distintos usos domésticos. Sin embargo, esta sobresale de los límites físicos de la casa y se extiende hasta uno de los espacios más importantes del ático: su terraza. Un cerramiento de vidrio permite que el interior se prolongue hasta el exterior, que el paisaje urbano pase a ser un elemento más del salón y que la luz natural penetre en grandes cantidades.

Cenitalmente

El gran acristalamiento permitió ganar más iluminación, pero no era suficiente. Incorporando el espacio bajo cubierta, existía la posibilidad de abrir a la luz un camino diferente. En el plano cenital, distintos lucernarios consiguen arrojar de manera misteriosa distintos haces de luz, suavizando las aristas del techo. 

Mayor funcionalidad

Al ganar altura, el apartamento podía organizarse además en la dimensión vertical. Aparecen, entonces, plataformas a modo de altillo que van cambiando la escala de los espacios y permiten ganar superficie en planta para nuevos usos. Entre el salón y el acceso a la vivienda, esta plataforma construye un área de trabajo con buenas vistas. Encontramos otra igual en el espacio de la cocina. A ambas se puede acceder a través de dos escaleras ligeramente ancladas a un muro. De peldaños contrapeados y lacadas en blanco, estas configuran un elemento de comunicación vertical mínimo y de carácter escultórico. 

En la cocina

En el extremo opuesto al salón encontramos la cocina-comedor y las estancias de la zona de noche, como si recorriendo la vivienda, esta tomara a cada paso un carácter más privado. Uno de los pocos elementos divisores que encontramos es la pieza oscura de final curvo. Esta partición no es un mero plano de dos dimensiones. Toma volumen y funcionalidad, acogiendo en su interior un aseo. 

La privacidad

La continuidad no solo es la ley que a gran escala organiza la posición y relación de las distintas estancias. Llevada a un nivel superior, impera en la distribución de las propias habitaciones. En el dormitorio principal, de camino al cuarto de baño encontramos la cama encajada.

La habitación última

La última estancia en el extremo es el cuarto de baño que completa al dormitorio principal. Encontramos también aquí la curva, no incluida de manera caprichosa o meramente estética, sino buscando fluidez en torno a ella y ocultando el uso que más privacidad necesita: la ducha. 

Hasta aquí el recorrido por este fabuloso ático en el centro de Madrid. ¿Otros proyectos interesantes?

Ático para una pareja de enamorados.

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