¿No os recuerda a la casa de Hänsel y Gretel? Podría ser. Es tan perfecta que parece sacada de un cuento. Se trata de una casita de madera cuyos interiores han sido diseñados por el equipo de expertos canadienses de Kathryn Osborne. Y es mucho más que una casa. Es un refugio donde pasar temporadas de invierno, rodeados de nieve y sintiendo el calor de la chimenea.
Es una auténtica casa de campo, de lamas de madera, de esas imperfectas con matices y de las que van cambiando con el paso del tiempo. Con su cubierta a dos aguas y sus ventanitas. Pero no es para nada una ruina, sino todo lo contrario. Cuenta con todas las comodidades que uno pueda imaginarse, y con una decoración que va a conseguir que no queramos abandonarla jamás.
Los interiores se han diseñado en un estilo rústico combinado con mobiliario de líneas algo más clásicas. Todo un acierto si tenemos en cuenta la configuración de la casa, mediante estructura de madera y suma de pequeñas habitaciones.
La cocina se organiza a lo largo de dos paredes, con una gran encimera negra y muebles blancos. Y una isla central, también en color negro, que sirve como superficie de trabajo.
Siguiendo el estilismo de toda la casa, el comedor cuenta con una gran mesa de madera maciza y sillas negras, también de madera. Al igual que el pavimento y las carpinterías de las ventanas. El toque de originalidad lo vemos en los sillones, tapizados en cuadros blancos y negros.
El salón es un cálido refugio para los días más fríos del invierno. Todas las superficies se revisten de madera, incluso la mesa. Los sofás se han elegido en rojo y colores crema. Pero es la chimenea la que se encarga de completar este ambiente tan acogedor.
¿Y os habéis fijado en el lugar para almacenar la leña? Un nicho en la pared ha sido diseñado únicamente con esta función.
Ya sabemos que la madera está en todas partes. Pero lo que no sabíamos es que las paredes siguen la misma estética y el mismo ritmo que el techo de vigas de madera y entrevigado pintado de blanco. Las paredes, en vez de vigas, usan listones de madera, pero el ritmo sigue siendo el mismo.
Y en el centro del salón, una gran alfombra en color crema se encarga de aumentar la calidez de esta habitación.
¿Cómo conseguir salones acogedores? Aquí os dejamos las claves: ’Sencillas claves para un salón más acogedor y atractivo’.
Si en el salón el color rojo llamaba nuestra atención, en el dormitorio el color beis es el que predomina. Los tonos pastel y los claros son los más adecuados para los dormitorios, puesto que incitan a la relajación y ayudan a conciliar al sueño. Si a esto le sumamos una buena iluminación natural y un bonito sillón como el de la imagen, el buen resultado está garantizado.
¿Qué os parece el baño? Los muebles de estilo vintage en color blanco y el papel de la pared de rayas blancas y beis crean una atmósfera ideal para esta casita rural. ¡No nos podíamos imaginar un baño de estas características! Todo un oasis de relajación y de paz para disfrutar mientras fuera cae una nevada de las grandes.