Esta vivienda unifamiliar de los años 50 ha sido transformada por completo para adaptarse a los requisitos de sus propietarios. Se encuentra en Pego, Valencia y es una obra del estudio de arquitectura R22. La vivienda se vació por completo, se rehabilitó y se diseñó para que los espacios fueran flexibles. Ahora la casa está formada por una serie de estancias conectadas entre sí y volcadas a un patio interior, con una decoración elegante y muy señorial. Eso sí, la naturaleza, el agua y el sol del Mediterráneo son sus ingredientes principales.
La fachada hacia la calle ha mantenido tanto sus huecos, balcones y barandillas como las carpinterías de madera. También los colores clásicos de muchos cascos históricos españoles, el blanco y el color albero. Sin embargo, se nota que esta fachada ha sido restaurada y que detrás de ella se esconden interiores muy especiales. ¿Queréis conocerlos?
La vivienda se organiza según dos ejes longitudinales: uno que discurre desde la puerta de acceso y atraviesa toda la casa. Es el eje de las comunicaciones y de distribución. Y el otro que parte desde el ventanal que vemos en la imagen -en el salón- discurriendo desde la calle hasta el fondo de la casa pasando por el patio. De esta forma los espacios están bien conectados entre sí y todos obtienen abundante luz natural.
Todas las estancias han sido decoradas según el estilo de la casa, sus techos altos, sus vigas de madera, sus carpinterías y contraventanas, el patio, la luz. Por eso el mobiliario esta formado sobre todo de piezas clásicas. Y los pavimentos son de mármol y baldosas cerámicas.
Ubicada en el salón, la biblioteca consiste en un bonito mueble bicolor, en blanco y rojo, con suficiente espacio para multitud de ejemplares. Además, al apoyarse sobre la pared y no tener una altura elevada, el mueble no estorba en el flujo de la luz, sino que contribuye, junto con el resto del mobiliario, a crear un ambiente muy acogedor.
La casa cuenta con grandes estancias que se han amueblado siguiendo una premisa: no recargar el espacio y conseguir que las estancias fueran flexibles, acogiendo varios usos cuando fuera neesario. Además, los arquitectos siempre han buscado conseguir el máximo aprovechamiento de la superficie reduciendo los espacios de circulación.
La casa nos guarda varias sorpresas. Como la que vemos en la fotografía. Un pequeño rincón en el que únicamente un antiguo sillón y una cuadro colgado en la pared definen una atmósfera muy acogedora, incitando al visitante a sentarse y a disfrutar de la luz que entra por el patio.
El patio es el pulmón de la casa, el protagonista. Y como tal tenía que ser tratado. Su estilo, de marcado carácter meditarráneo, se preocupa por los materiales naturales y cerámicos, como el pavimento en espiga, y también por la vegetación y el uso del agua como elemento relajante. Las dos columnas de piedra y los azulejos de la fuente nos transportan a los huertos griegos, a los patios árabes, a los villas romanas, a los claustros monacales
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¿Hacia dónde nos conduce esta escalera? Pues no lo sabemos. Será su secreto. Pero de lo que sí podemos estar seguros es de que el camino a lo largo de los peldaños revestidos de azulejos y la barandilla de forja va a ser maravilloso.