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Diseñada por la arquitecta Sonia Santiroco, esta casa situada en el campo italiano te va a cautivar. Y no sólo por lucir una estética clásica nada recargada, sino porque cuenta con unos rincones muy especiales. Entre ellos una biblioteca situada en la entreplanta del salón a doble altura. Te recomendamos que te quedes con nosotros y descubras sus espacios multifuncionales y cómo los expertos han hecho para generar una relación con la naturaleza tan sutil como práctica.
La imagen con la que comenzamos nos muestra uno de los espacios exteriores más acogedores. Se trata del porche semicubierto formado por un pórtico de pilares de ladrillo. Su estilo renacentista nos transporta a otra época mientras nos hace sentir en armonía con el entorno.
Otra de las ventajas de tener un pórtico en casa y además, justo delante del salón, es que provee de sombra tanto al exterior de la casa como al interior, y por tanto no calienta la fachada. Esto hace que la casa se mantenga fresca sin necesidad de refrigeración.
Además del porche que hemos visto en las fotografías anteriores, la casa cuenta también con un espacio de transición cubierto. Una zona que es en sí misma una estancia definida mediante una bonita estructura de madera vista. Este es el lugar perfecto para celebrar fiestas y barbacoas, protegidos del sol y del tiempo, independientemente de la estación del año.
Ya en el interior descubrimos la zona de día que ocupa la planta baja. En ella se encuentra el salón, un espacio a doble altura decorado con muebles modernos junto con otros de estética más tradicional, dando como resultado un ambiente acogedor muy natural. Destaca en este espacio la entreplanta construida sobre el salón, en la que se ha creado una biblioteca. Un rincón perfecto para aislarse de la actividad de la planta baja.
Los muebles de la zona de día de la planta baja se mueven todos ellos en una paleta de colores neutros, sobre todo de marrones. Ejemplo de ello es el mullido y cómodo sofá marrón con cojines de cuadros. La mesa de comedor, ubicada junto a él, es la tradicional mesa que encontramos en toda casa de campo, cómoda y práctica pensada para toda la familia y no solo para comer. Sobre ella se pueden realizar todo tipo de actividades.
Desde la biblioteca se tiene una bonita visión del salón. El otro sofá presenta un color gris claro, rompiendo con la homogeneidad del marrón y por tanto con el estilo rústico e introduciendo un toque de frescura y modernidad. La escalera que conduce a la biblioteca desde el salón, de madera, nos recuerda a las románticas librerias de antaño.
Al subir estas estrechas y empinadas escaleras llegamos a la biblioteca construida en la entreplanta. Ésta cuenta con un espacio reducido y estrecho, pero lleno de luz ya que se conecta directamente con el salón. En ella se ha diseñado un bonito y acogedor rincón para evadirse. Solo han sido necesarios algunos muebles: un cómodo sillón, una pequeña librería y algunos cojines. Y por supuesto, una lámpara para iluminar los ratos de lectura.
La casa se distribuye en tres plantas: la baja, con las zonas de día y los dormitorios, la entreplanta con la biblioteca, y el sótano destinado a bodega y donde se realizan algunas catas de vino. Junto a salón se encuentra la cocina, que ocupa una esquina recibiendo de esta forma mucha luz natural. El diseño es sencillo, con muebles blancos y luces cálidas. Se ha creado un pequeño office para no tener que usar diariamente el comedor, pensado para las ocasiones más especiales o cuando se necesite más espacio porque haya llegado visita.
La encimera en L de la cocina hace posible un gran aprovechamiento del espacio disponible. Sobre ella varios armarios y estanterías sirven para almacenar utensilios y alimentos. Lo mismo que en los muebles inferiores. Una pared de pequeños azulejos introduce textura y calidez a la cocina, además de facilitar la limpieza de las paredes.
En el cuarto de baño se ha usado una estrategia muy de moda que es utilizar muebles que no lleguen hasta el suelo. Es decir, el mueble del lavabo e incluso los armarios de la derecha, cuelgan de la pared, liberando el suelo para que al entrar en el baño se perciba en su totalidad. Así aumenta la sensación de amplitud.
El uso de colores claros y superficies lisas, así como la presencia de baldas de vidrio transparente, tienen el objetivo de crear un interiorismo sosegado y luminoso en el que la prioridad es luchar contra la compresión de los espacios pequeños y optar por la ligereza de las superficie claras y los reflejos.
