Cuando nos enfrentamos ante el complicado reto de amueblar y decorar nuestra vivienda, no siempre acertamos a la primera. También puede ocurrir, que una distribución que cubría nuestras necesidades en inicio no es capaz de adaptarse a nuestros cambios vitales o a nuevos hábitos que van surgiendo con el tiempo.
Si alguna estancia es representativa de estas situaciones que comentamos es, sin duda, la cocina. ¿Cómo actuar ante estos casos? Pues te damos buenas ideas a través de un caso real.
La cocina original que vamos a utilizar como ejemplo práctico para mostrarte cómo se puede transformar una estancia de este tipo de una manera bien sencilla, tiene un estilo moderno y personal. En general, nos encontramos ante una cocina que presenta un buen estado de conservación y que realiza una apuesta clara para su decoración: el color rojo brillante en todos sus muebles y los azulejos en blanco, le dan un toque de comodidad e higiene.
Pese a lo dicho y a la buena imagen que presenta la cocina original, en algún momento los propietarios han preguntado si era realmente útil disponer de los muebles de la cocina de forma que separen la cocina en dos bloques independientes. La idea aportada por nuestros expertos fue la de hacer un mejor uso de la zona de la cocina mediante una distribución más funcional, pensada para optimizar el espacio.
En general, después de los años, es habitual que la casa se vaya quedando anticuada o acabe por resultar aburrida y monótona. Por ello, es importante ir actualizando la distribución de las estancias de las estancias de la casa o introducir nuevos detalles y elementos que acaben con la monotonía, hagan más funcionales los espacios, o resuelva esos pequeños defectos que siempre pueden mejorarse de forma sencilla.
La nueva distribución, que incorpora una península, hace posible aprovechar todas las posibilidades del espacio y reducir las zonas muertas que había, ganando espacio de almacenamiento en rincones que antes no estaban siendo utilizados. Con esta nueva disposición es posible aprovechar mejor la pequeña pared de fondo y, sobretodo, contar con mayor superficie de trabajo, ampliando la encimera de la cocina.
Por otra parte, gracias a la optimización del espacio, se puede colocar un mueble colgado de mayor tamaño en la cocina. El nuevo mueble cuenta con 6 amplios módulos, lo que permite ganar un valioso espacio de almacenamiento, perfecto para colocar parte del menaje de la cocina. Y es que todos sabemos que en la cocina, tenemos tantas cosas que guardar y organizar, que nunca contamos con suficiente espacio.
Un detalle importante, que no queremos dejar pasar, es el color utilizado para este nuevo mueble que se incorpora tras la remodelación de la cocina. El módulo triple que se coloca está fabricado en blanco, con acabado en brillo, por lo que combina con el rojo del resto de muebles, en un equilibrio perfecto. Se aprovecha, además, para cambiar la disposición de algunos electrodomésticos para ubicarlos en una posición más funcional.
Cambiamos el ángulo de las imágenes para poder observar el resultado de la cocina desde todos sus puntos de vista. También queremos ver el resultado en diferentes momentos de la jornada, pues sabemos de la importancia que tiene un buen diseño de iluminación a la hora de hacer una cocina funcional. Como era previsible, también se ha reparado en este detalle y se ha revisado la iluminación artificial de la cocina.
El resultado, como hemos visto en este libro de ideas, es una cocina mucho más funcional, iluminada por una luz cálida, suave pero efectiva, tanto por el día como por la noche. Esto se ha conseguido con cambios mínimos, que consisten, sobre todo, en una re-distribución del mobiliario. Si a esto añadimos la incorporación de elementos puntuales que mejoren la propuestas, el resultado es una cocina que luce como nueva, sin perder la esencia y por muy poco dinero.