Antes y después de una casa rústica

Rehabilitación en Lugo, Intra Arquitectos Intra Arquitectos
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Terra Chá, o en español Tierra Llana, es una comarca situada en la provincia de Lugo, en Galicia. La fuerte relación que esta región de España tiene con la naturaleza y la agricultura no solo se manifiesta a través de sus paisajes verdes silvestres y cultivados, sino en la gran cantidad de casas rurales que habitan por estos lares. Aunque en su origen estos edificios fueron construidos como casas de labranza, en la actualidad podemos ver como algunos han intercambiado la hoz por la cama, convirtiéndose en residencias domésticas o turísticas para los que buscan una vida rural alejada de las urbes. Algunas otras, sin embargo, se encuentran abandonadas o faltas de una rehabilitación que les devuelva la gloria que en un pasado tuvieron. En este segundo caso nos movemos hoy en este libro de ideas, y es que el estudio Intra Arquitectos han conseguido que una de estas construcciones vuelva a brillar con el mismo encanto que en su origen. Descubrimos este proyecto a través de la siguiente colección de fotos. 

Antes: una postal del pasado

Como si se tratara de una postal de los años 50, esta imagen en blanco y negro delata el estado de esta casa de labranza antes de su rehabilitación. Aunque no podía ser considerado de ruina, para poder llevar a cabo una nueva etapa como vivienda, esta casa necesitaba ser restaurada no solo constructivamente, sino también ser adaptada a su nuevo uso. Se mantuvieron todas sus partes, reparando sus interiores y exteriores, devolviéndoles la cualidad de habitable. A la par, sus alrededores también fueron intervenidos, urbanizando las partes necesarias y arreglando la vegetación que asilvestrada había ido tomando terreno los pasados años. Poco a poco, fue coloreándose este paisaje ennegrecido por el tiempo convirtiéndose en la imagen que vemos a continuación. 

Años más tarde, la misma perspectiva

Una vez se puso fin a las obras esta casa se despojó de su oscuridad y comenzó a resplandecer con el brillo del primer día. Aunque en el campo de la rehabilitación se pueden tomar diferentes formas de trabajo, se optó por actuar de la manera menos abusiva posible. Así, los trabajos se inspiraron en la arquitectura tradicional, buscando mimetizarse con ella. Las fachadas fueron saneadas, así como las cubiertas, cuyos materiales fueron sustituidos. Se prestó especial atención a los huecos, reforzando sus perímetros e incorporando nuevos vidrios y carpinterías. 

En el acceso

Pero además de los típicos trabajos que toda restauración requiere, también había que dotar de funcionalidad a la casa. Por este motivo se abrió otro acceso complementario en la parte posterior de la vivienda, en un muro que antes se encontraba cerrado. También se incorporó una estructura complementaria, que a modo de porche, da cobijo a la puerta. 

El acceso en el interior

También los interiores necesitaban grandes dosis de chapa y pintura, esta casa empleada antiguamente para la agricultura tenía que convertirse en un hogar cómodo y acogedor. Las estructuras interiores, como los forjados o la cubierta, fueron sustituidas por nuevas. También el elemento de comunicación vertical, las escaleras fueron construidas de nuevo, apostando por un modelo sencillo de peldaños sin tabicas, que mantiene la estética rural gracias a la madera. 

La planta baja

Siguiendo un orden lógico de organización del programa, la planta baja se diseñó como la parte más pública de la vivienda, acogiendo al extenso programa de día. Las plantas superiores, entonces, fueron destinadas a los usos más privados de la casa, como los dormitorios. Aunque los materiales incorporados mantienen la esencia de esta construcción de origen rural, la distribución en planta buscó un esquema más acorde con las organizaciones contemporáneas, creando en la medida de lo posible circulaciones fluidas y espacios que se interconectan sin la presencia de puertas. 

Antes, bajo cubierta

El interior que había resultado más perjudicado durante estos años había sido el espacio bajo cubierta. Debido a su mayor exposición a la intemperie y su incómodo uso, la buhardilla se encontraba llena de humedades, trastos y materiales derribados y requería de un buen proyecto y organización para poder sacarle su máximo partido. Pero además, ¿cómo podía convertirse en un lugar habitable si la entrada de luz era insuficiente?

La nueva buhardilla

La solución la trajo abrir nuevos huecos, garantizando una óptima iluminación natural en el interior. Las piedras de los muros fueron saneadas, y la cubierta sustituida por otra similar de madera que cumple su función a la perfección. El suelo, antes sin pavimentar, fue cubierto por una tarima de madera, creando junto con el techo, una estancia de lo más cálida. La buhardilla dejó de ser un almacén en las alturas para convertirse en uno de los lugares más especiales de esta casa rural de futuro prometedor. 

Hasta aquí nuestro recorrido por esta sorprendente transformación. Pero si te has quedado con ganas de más, te recomendamos que le eches un vistazo a:

La rehabilitación de una casa rural de piedra

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