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A todos nos ha pasado: nos mudamos por primera vez a un apartamento con toda la ilusión del mundo y empezamos a imaginar estancias maravillosas, llenas de luz y color, como las de las revistas. Casas con espacios diáfanos enormes y muchos dormitorios. Sin embargo, nuestro primer apartamento suele ser algo más modesto, pero no por ello estamos dispuestos a prescindir de un buen diseño para conseguir el hogar que estamos deseando. La diseñadora de interiores Noelia Villalba nos lo demuestra en este apartamento en el que podrás encontrar grandes ideas para tu casa.
Esto es lo que se encontró la nueva inquilina al entrar en su futuro hogar. La vivienda tenía todo lo que deseaba, una distribución adecuada para sus necesidades, estaba en buen estado y contaba con suficiente iluminación natural. Pero los acabados eran muy antiguos y oscurecían demasiado las pequeñas estancias. Por eso, la intervención de la decoradora fue fundamental para dotar a estos interiores de frescura y de una luz antes inimaginable.
El dormitorio de la casa se convirtió después de la reforma en una explosión de color. Lo primero que hicieron los expertos fue pintar las paredes de blanco, excepto la del cabecero, que se pintó de color crema para dar un toque más cálido y destacar este lado de la habitación. Los muebles en blanco roto permiten añadir una decoración con colores vivos que dan mucha energía y vitalidad a la estancia. Se escogió el naranja como color que detona sobre la paleta de colores neutros. Para comparar con el estado previo, pasa a la siguiente imagen…
Si comparamos esta fotografía con la anterior, no podemos creer que se trate del mismo espacio. Pues sí, este era el dormitorio antes de la intervención de la decoradora. El suelo de terrazo, las paredes sucias y con el color blanco oscurecido y una antigua lámpara nos hacía difícil imaginar un nuevo porvenir para esta habitación. Pero como has podido comprobar, la elección de unos muebles blancos y una buena sensibilidad para combinar colores neutros con otros más vivos ha sido todo un acierto para cambiar por completo la imagen del dormitorio.
El salón, una habitación de magnitudes muy reducidas, es otra estancia que vuelve a apostar por la sencillez de los colores claros, pero también por el uso del color para introducir alegría en la vivienda. En este caso se ha conseguido un salón con un marcado estilo nórdico mediante el uso de muebles sencillos de madera y formas simples y la combinación con colores pastel. Uno de los muebles que más definen el estilo del espacio son las mesitas circulares tipo nido y el mueble de la televisión con suficiente espacio de almacenaje. Un detalle que no puedes pasar por alto es la alfombra con motivos geométricos que oculta el antiguo suelo de baldosas de terrazo, tan común en las viviendas españolas. ¡Ah! Y no te olvides de incluir un sofá cama a tu pequeño salón para alojar a tus visitas.
En la esquina de la estancia que veíamos en la imagen anterior se ha añadido una pequeña mesa de comedor para cuatro comensales. Al estar en el rincón no invade el salón restando espacio. Los muebles escogidos son: una mesa en tono roble y blanco y dos sillas tipo Eames en blanco y patas de madera. La decoración de este espacio sigue el mismo estilo que el resto del salón para con ello generar una imagen continua. Por eso volvemos a ver colores como los verdes, amarillos y azules, y cuadros de pared con motivos florales.
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