Cada vez queda menos. El nuevo miembro de la familia está a punto de llegar y es hora de preparar la que será su habitación. Era un estudio y ahora tiene que convertirse en una habitación infantil. ¿Cómo lo hacemos? Aún no conocemos a nuestro pequeño, no sabemos si le gustarán los animales o preferirá los aviones, si se divertirá con las muñecas o será más de leer cuentos, se se volverá loco por el rojo o preferirá el verde. Pero tenemos que decidirnos. Las habitaciones de los recién nacidos dicen más de los padres que de los niños, pero ¿qué queremos que diga de nosotros la habitación de nuestros hijos?
En homify hemos buscado dormitorios infantiles que pueden ayudarnos a encontrar la inspiración para crear el ambiente perfecto que dé la bienvenida al nuevo miembro de la casa.
Pero su habitación no será solo el lugar donde dormirá y llorará los primeros meses, más adelante se convertirá en el rincón desde el que saldrá a descubrir el mundo, su pequeño castillo donde crear, jugar, reír y llorar. Con el tiempo ese dulce dormitorio infantil irá evolucionando con ellos, hasta que un día acabé regresando a lo que fue en su origen: un estudio.
Aquí dejamos siete consejos que nos ayudarán a elegir el mobiliario adecuado y como en la variedad está el gusto y para gustos, los colores, he aquí una variedad de dormitorios infantiles con un toque de magia.
Si somos de los que pensamos que los colores no tienen género y queremos cortar con el tópico azul-niño y rosa-niña entonces lo nuestro son los colores neutros. El verde y el amarillo son siempre opciones que casan muy bien con los pequeños, pero la apuesta ganadora es el blanco, el color neutro por excelencia.
El blanco es elegante, transmite paz y serenidad. Combinado con colores crema da calidez al ambiente, como en la habitación que muestra la fotografía. Un detalle que no rompe la delicadeza de los muebles, ni la neutralidad de la habitación, son las mariposas doradas y plateadas sobre la pared.
Cada cosa es importante en la habitación de los pequeños y hay que tener en cuenta los detalles. Este colchón no solo es práctico, ya que es extraíble y además viene con chichonera incluida, que cubre los lados, impidiendo así que el bebé choque contra los barrotes, sino que también evita las tonalidades estridentes que pueden alterar su sueño.
Los murales en la pared siempre son una gran opción, especialmente si somos habilidosos y hacemos algo personal y único. De cenefas geométricas a los planetas fantásticos de El principito, todo puede ser plasmado en una pared.
Si somos de esas personas que crecimos con las películas de Disney, quizá consideramos que pintar una pared con las princesas más famosas de todos los tiempos puede ser una gran opción para la habitación de nuestra hija. Pero ojo, los tiempos han cambiado, quizá cuando nuestra hija crezca sea más del estilo de Mulán o de Mérida que de la lánguida Bella Durmiente. No importa, lo bueno de los murales de pared es que pueden repintarse encima una y otra vez.
Si somos de los que nos resistimos a creer que de mayor los niños solo quieren ser futbolistas y las niñas princesas, entonces este mural de pared es para nosotros. Con este mapa del mundo los pequeños aprenderán al tiempo que se divierten, juegan y descubren animales sorprendentes.
Quizá de esta manera el sueño de nuestras hijas sea ser piloto de aviones y el de nuestros hijos veterinario. O quizá no cambiemos tanto las cosas, pero lo que es seguro es que podrán presumir de tener una habitación mundial.
Niños y niñas nacen con una imaginación prodigiosa que si se usa puede ser, parafraseando a Gabriel Celaya, un arma cargada de futuro. Pero la imaginación es como un músculo que debe ejercitarse porque si no se pierde. Por eso convertir la cama de nuestros pequeños en un lugar mágico puede ser una invitación a desarrollar la fantasía.
Con una pizca de imaginación y muchas ganas de jugar, esta cama con inspiración marinera puede convertirse en una casa en la playa en la que, si nos dejamos llevar por nuestro yo más infantil y hacemos uso de nuestra fantasía, es posible que hasta oigamos las olas del mar.
No hay habitación infantil que se precie que no tenga su mueble oficial de cajones. Son siempre prácticos para guardar las toallas, las sábanas, los pijamas y multitud de cosas necesarias por los bebés. Pero si lo que queremos es restarle un poco de seriedad a un mueble diseñado para los adultos, lo mejor es decorarlo con pegatinas, lazos y borlas.
Antes de que nos queramos dar cuenta nuestros pequeños ya no serán tan pequeños y tendremos que adaptar la habitación a sus nuevas necesidades. Además, ya no seremos nosotros quienes elegiremos, puesto que ellos también querrán imponer sus gustos. Lo que no podrá faltar en esta nueva etapa es una estantería donde poder ir creando su propia biblioteca, con esos libros que les ayudan a dormir mejor por la noche y que siguen alimentando su imaginación. Tampoco puede faltar un escritorio, porque con los años llegan los deberes. Si como en esta habitación, tenemos espacio suficiente, puede ser una buena idea poner una mesa redonda, que distingan del escritorio, para hacer las tareas que, como pintar, hacer manualidades o inventar cuentos, siguen siendo un juego para ellos.
Y si con el tiempo en vez de uno son dos y toca compartir cuarto, podemos encontrar inspiración en el artículo Dormitorios infantiles: cuando toca compartir cuarto.