Parece paradójico, pero existe. La mezcla entre lo rústico y lo moderno no está siempre al alcance de todos los proyectos. Pero el de hoy lo ha conseguido de una forma espectacular. En este libro de ideas os hemos querido mostrar el proyecto realizado por el arquitecto Stefano Zaghini en la Romaña, una región en el centro de Italia. Una casa unifamiliar y aislada con unas paredes de piedra que mucho se parecen a las construcciones vecinas, pero a la vez, definen una imagen muy distinta. Esta casa se encuentra siempre en el límite, el límite de lo antiguo y lo actual, de lo rústico y lo moderno, pero manteniendo un perfecto equilibrio.
El recorrido de este proyecto será algo distinto de lo habitual. Vamos a empezar por sus interiores para acabar con su imagen exterior y su contexto. Vamos a ir abriendo boca poco a poco. Así que aquí os presentamos el vestíbulo, el cual se encuentra iluminado tanto por una puerta de cristal como por un lucernario que enseña un ritmo constante marcado por las vigas de madera. Este vestíbulo evoca un escenario exterior, como si la casa se hubiera adueñado de un trocito de campo.
Ya hemos descubierto en la imagen del vestíbulo que la casa usa piedra recuperada en sus paredes de manera que encaje con el entorno y a la vez mantenga el encanto de las antiguas construcciones italianas. En el resto de estancias no es diferente. El gusto por los materiales naturales y muebles de aspecto rústico se nota en cada esquina, como por ejemplo en el salón comedor. La madera invade el techo, partes del pavimento y también el mobiliario. La chimenea en la esquina ayuda a crear un ambiente hogareño muy de pueblo.
Junto al salón se encuentra el espacio destinado al comedor y la cocina, esta última ubicada en uno de los laterales. Se trata de un mueble longitudinal y muy sencillo iluminado por una gran ventana. Utiliza tonos crema en combinación con el resto de los acabados y se abre sin miedos a un espacio común.
Los altos techos de la vivienda hacen que cada estancia se perciba como un espacio amplio, despejado y muy versátil.
Es quizás la sala de estar la estancia que mejor refleja la mezcla de materiales, estilos y texturas presentes en todo la casa. Cada una de sus superficies ha sido tratada de manera diferente pero siempre en armonía. La sala de estar, bien iluminada por varios vanos que se abren al campo, se convierte así en un perfecto lugar destinado al descanso.
Llegamos a una sala muy especial: la zona de spa que se ha construido en la casa y que ocupa una gran superficie para dar cabida a varias personas de manera holgada. Aquí vamos a encontrarnos el vestuario, la sauna.
Seguimos dentro del spa, pero en este caso miramos hacia la sauna, la ducha. Esta gran sala utiliza también materiales como la madera pero sobre todo se centra en el uso de los azulejos y baldosas tanto para el suelo como para las paredes. Los colores siguen siendo los marrones y verdes, muy a tono con el contexto.
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Ha llegado el momento de mostrar la casa y su contexto. Desde el exterior se aprecia lo que decíamos al principio: se trata de una casa entre rústica y moderna que ha sabido mezclar materiales y estilos para coger lo mejor de cada uno de ellos. La cubierta de teja y las fachadas de piedra contrastan con los grandes vanos verticales y una forma cúbica que se inserta en el entorno pero a la vez se diferencia de él.
Nos vamos con un buen sabor de boca. La piscina ocupa todo el ancho de la casa y es la que recibe a los invitados. Una piscina con bordes de piedra y una bajada gradual mediante unos peldaños que incita a pegarse un buen chapuzón en un entorno idílico.