El proyecto consiste en adaptar una antigua oficina en vivienda, realizando una reforma integral que abarca la renovación de las carpinterías, instalaciones, distribución, acabados y mobiliario.
La vivienda que dispone de unos 120 m2 útiles, se ajusta a la morfología típica de esa época, es decir, crujías estrechas y profundas. Solamente 2 piezas dan al exterior, desarrollándose el resto del inmueble en dependencias y alcobas a lo largo de un pasillo demasiado largo y volcado en un pequeño patio como elemento portador de escasa luz y ventilación. Funcionalmente, resultaba un inmueble obsoleto a la forma de habitar actual.
La propuesta hace hincapié en adaptar el piso a una forma de habitar actual y conseguir captar la mayor luminosidad posible en aquellas estancias demasiado oscuras en origen. Para ello, la zona posterior de la vivienda se vuelca al patio, sustituyendo sus carpinterías y sus vidrios translúcidos. Se crea una área de gran funcionalidad en torno al patio configurado mediante ventanas-caja. Se amplía la cocina con un office, se crean 2 nuevos baños y se reduce significativamente el pasillo.