Se reforma integralmente una vivienda en ruinas de principios del siglo XX situada en un chaflán del ensanche de Barcelona, compartimentada en pequeñas estancias interiores, oscuras y mucha superficie perdida en pasillo, para obtener una vivienda que se pueda utilizar como loft o como piso de dos habitaciones clásicas. Se derriba la distribución, se refuerza la estructura y se mantienen las paredes estructurales, a las que se les repica el revestimiento. Se construyen dos objetos verdes para separar ambientes, uno es un mueble-estantería con puerta corredera que separa la sala de estar-comedor-cocina de un dormitorio-estudio y el otro es un mueble-lavabo, que acoge tres puertas correderas y separa el dormitorio principal, el baño y el recibidor-distribuidor. El juego abierto-cerrado modifica la amplitud y la iluminación de los espacios. La madera natural del pavimento confiere calidez a la vivienda, contrastando con el blanco neutro de los techos y muros y con el color verde de los objetos-mueble.