El proyecto contempla la remodelación integral de la vivienda existente, construida en los años 60. La reforma pretende crear una nueva atmósfera, aumentando la fluidez de los espacios y adaptándolos a una manera más contemporánea de habitar. A partir de una distribución muy fragmentada, se propone conectar y ampliar estancias de la vivienda. Además se actúa sobre fachada y medianeras, muy accidentadas por pilares, regularizando su perímetro y resolviendo cuestiones prácticas como el almacenamiento, mediante un armario continuo.
Esta transformación permite estructurar la vivienda en dos zonas claramente diferenciadas: la zona de día, de carácter más público y diáfano; y la zona de noche, de carácter más privado y fraccionado.
En cuanto a los materiales se ha buscado crear un ambiente sereno y luminoso. Predominará el color blanco en paramentos, techos y carpinterías. El contraste cromático se produce en el pavimento, optando por una madera de roble en todas las estancias, a excepción de las zonas húmedas, donde destaca el color gris de los revestimientos empleados en los paramentos.