Áfrika se caracteriza por su gran personalidad estética, un sofá de diferentes longitudes, dos butacas fijas y una butaca giratoria forman un conjunto de líneas muy puras y ángulos irregulares en el que destaca la pletina de acero insertada en el armazón; esta recorre los lados del asiento hasta convertirse en patas metálicas que sostienen la estructura del asiento.