En el salón además del sofá era necesario más alguna silla. Esta muy posiblemente tendía que dar la espalda al comedor, lo que resultaba en algo que no nos gustaba del todo. Ponerla en otro sitio era dificil y la forma que tuvismo de solucionar este problema fue elegir una silla metálica, de diseño geométrico y casi escultórica. Sus llenos y vacíos le quitan peso y opacidad, y de acuerdo con la hora del día, al ser metálica refleja más o menos luz. Un elemento visible vs invisible de uso efectivo.