El doble hueco en verano favorece la corriente fresca de aire desde el sótano, que a su paso por las dos alturas interiores de la vivienda y por convección, provoca la renovación natural del compartimentado interno.
En invierno, debidamente caldeada la estancia superior abierta al hueco que funciona como una segunda sala de estar y juegos, no producirá la ascensión de la temperatura generada en la planta baja. Dado que los inviernos no tienen una dureza continuada, esta solución favorece, cuando la temperatura exterior lo permite, el caldeo de la planta superior, sin necesidad de aportación energética artificial.
Aplicamos criterios bioclimáticos pasivos basados en el concepto Passivhaus. Antes de utilizar los sistemas activos de ventilación, intentamos trabajar con los sistemas pasivos para la renovación interior del aire.