La fachada norte, más opaca, para impedir las pérdidas de calor en invierno así como para protegerse de la calle, muestra una pureza estética típicamente mediterránea, debido a sus líneas rectas y al color blanco de los paños ciegos, decorados con las celosías cerámicas, que protegen los huecos de ventana. A este lado de la parcela se encuentra un jardín de entrada y la zona de aparcamiento privada, cuyo pavimento consiste en una solera de hormigón armado fratasado, una solución única que da un buen resultado por sus características de dureza y fácil mantenimiento con a bajo coste.