En este apartamento de Madrid se eligió para base de la decoración el color blanco en paredes, carpinterías y en muchos complementos. En los baños se añadió un toque de color turquesa en uno y madera oscura en otro. Y el suelo de toda la vivienda se resolvió con una tarima de tabla ancha y larga, acabada en cera natural traida directamente de Alemania. El resultado ha sido una casa alegre, luminosa y abierta, que a pesar de su división en habitaciónes da sensación de unidad y de espacio abierto en el que todos los ambientes interactúan entre sí.