El objetivo que se marca en el proyecto
es dotar a la cafetería de una nueva imagen que sea innovadora y
sugerente, ademas de darle una personalidad propia que la diferencie del
resto, generando una atracción para los viandantes.
A petición de los propietarios se pide no actuar sobre aseos, almacén y fachada.
Con estas premisas se trabaja de una manera clara y sencilla, desplazando y alineando la barra con los aseos, generando un espacio más amplio y unitario para el comedor, y reduciendo la barra para que sea mas funcional y tenga mayor vinculación con la cocina.
A través del mobiliario se organiza y diferencia dos ambientes dentro del espacio del comedor. Un primer espacio, con mesas altas, para aquellos clientes donde el periodo de estancia en la cafetería es breve y un segundo espacio con mesas bajas, más alejada del bullicio de la barra y cercanas a los escaparates permitiéndoles una visión de la amplia avenida.
La barra se trata como un elemento escultural, plegándose como si fuera papel, recogiendo y acotando el espacio de la barra. Este elemento se convierte en el elemento representativo que buscaban los propietarios del local.