En 1924, Joan Bertrand, propietario de una fábrica textil de Sant Feliu de Llobregat, mandó construir para los trabajadores de su factoría un conjunto de viviendas muy singular, que consta de once bloques unidos entre sí por la planta baja y una escalera exterior por cada dos bloques. Todos ellos con estructura de hormigón armado, son una construcción adelantada a su tiempo.“Els pisos Bertrand”, tal como se los llamó, mantienen intacto su carácter original y tienen protección de Patrimonio en lo que respecta a sus fachadas y volumetría de conjunto. Por esta razón, y tal vez por el espacio central (Passeig de Sant Joan) a través del cual se distribuyen las entradas y los servicios, quedamos prendados de esta finca en la primera visita.Los nuevos propietarios acababan de adquirir uno de los pisos de este complejo, y querían hacer una reforma integral, para que conservando el carácter, la vivienda se adaptara a las exigencias de la vida actual.C & J tuvieron claro desde el principio, la configuración funcional que pretendían y la huella del piso: una planta rectangular, con ventilaciones cruzadas, permitía conseguir de forma muy limpia lo que pretendían: un piso de tres habitaciones y dos baños, con una zona de día –cocina, salón, comedor- fluida y abierta, volcada hacia el Passeig de Sant Joan.El último requerimiento funcional lo ponía la normativa de Sant Feliu, por tratarse de un piso con cierta protección patrimonial era condición sinequanon sacar un lavadero donde se pudiera tender la ropa, para evitar fachadas inundadas de ropa tendida.Por tratarse de un piso de inversión, no podíamos encarecer la obra con demasiados “caprichos de diseño”.Las carpinterías exteriores, todas ellas de madera, se conservaban en bastante buen estado; de modo que propusimos decapar las capas de pintura y cambiar los cristales de 4mm por doble vidrio con cámara de aire para mejorar el aislamiento térmico; moción que fue aprobada con entusiasmo. En la misma línea, se conservaron algunas carpinterías interiores y puertas de armario que se reubicaron en dormitorio principal, dando un toque retro y acogedor al espacio. Más a más, esto permitió un ahorro importante en carpinterías, que permitió dotar a la casa de una instalación de clima por conductos.En el espacio principal de la casa: la zona de día, resolvimos con un detalle constructivo la iluminación cenital e indirecta de todo el piso; aquella que se mantendría encendida en horas oscuras, para circular por la casa sin deslumbramiento ni grandes gastos.Los materiales y tonalidades que hemos utilizado en este proyecto son de aspecto muy natural y neutral: madera sin teñir para las carpinterías recuperadas, pavimento hidráulico de dibujo geométrico para la cocina y porcelánicos neutros para los baños. El resto de tonalidades del piso se ha tratado en gama de blancos, ocres y grises. Con esta intervención, atenta a la recuperación de materiales de la envolvente y elección de acabados tradicionales y cálidos, se ha conseguido devolverle a la vivienda un espíritu más acorde con el confort y estilo de vida actuales.