En la reforma de esta cocina situada en el barrio del Limonar en Málaga se ha tenido en cuenta la integración y el paso de la luz a través de sus puertas y tabiques transparentes para conectar el espacio con el comedor.
Para lograr que la luz se expanda se utiliza una paleta de colores basada en el blanco y tonos cercanos a la tierra y la vegetación para que el resultado sea acogedor y muy actual. La iluminación se ha cuidado al detalle para dar diferentes efectos para los distintos usos de los espacios.
El mobiliario escogido encaja a la perfección en el contexto dando un aire de estilo nórdico y minimalista.