Una pareja joven con muchos planes de futuro decide buscar una casa con personalidad en el corazón de Donostia. Encontramos este ático hecho polvo pero con un carisma que llama nuestra atención. Tiene detalles constructivos que nos parecen interesantes y unas vistas preciosas. Tenemos que conseguir mantener su carácter haciendo de el un lugar donde construir un futuro en familia.

Empezamos de cero después de haber derribado todo el interior y sacado a la vista todas las vigas estructurales del ático. Damos con el muro de piedra que nos encanta y creemos que puede ser el segundo punto clave de la casa. Las vistas es el tercer punto. Orientamos todo el salón-cocina-comedor hacia la Parte vieja y creamos grandes paños de vidrio para conseguir mayor luminosidad. El tercer hueco lo dejamos para la habitación principal; un espacio abierto y continuo donde no existe separación entre los elementos. El salón-comedor, junto la cocina integrada en la misma, es el elemento central de la casa. Todo unificado mediante el blanco y elementos de líneas rectas. En la parte posterior de la casa, situamos la segunda habitación y el baño de invitados. Decidimos tratar la estructura de madera como el elemento característico de la casa dejándola a la vista y pintándola de blanco. Finalmente colocamos los muebles siguiendo el diseño interior usando colores claros y formas y materiales puros. El ático es una casa familiar acogedora llena de pinceladas del carácter de la antigua casa y de Donosti.