A nivel formal el edificio se configura como un gran contenedor blanco, cuyos ejes longitudinal y transversal se disponen paralelos a las medianeras, albergando el grueso del programa destinado a público (hall/cafetería, dos salas velatorio y los aseos). Se proyecta un segundo volumen blanco anexionado a este y formalmente diferenciado para albergar una sala de usos múltiples, utilizándose en la actualidad como tercera sala velatorio.
Dos cuerpos menores de color marrón ubicados en los extremos del edificio recogen las alineaciones de la calle y albergan las áreas de servicio (administración, garaje, tanatopraxia).
En planta primera aparece un tercer volumen marrón que contiene la sala de exposición y un almacén.
La utilización de los colores blanco y marrón en fachada enfatiza la diferenciación entre las dependencias públicas y las de servicio.
La edificación ocupa prácticamente la totalidad del solar, dejando únicamente el chaflán como espacio libre a través del cual se realiza el acceso público, tratándose como área pavimentada y ajardinada y que sirve de filtro entre el espacio público exterior y el interior.
En fachada los huecos se reducen al mínimo, interiorizando el edificio y aislándolo del exterior. Esta interiorización viene enfatizada por la disposición de dos patios interiores entorno a los cuales se organizan las piezas públicas del edificio (hall y salas velatorio) y que proporcionan luz y ventilación natural a las mismas.
Se utiliza el olivo en su versión bonsai como elemento referente, tanto en el espacio exterior del acceso como en los patios interiores, en los que la incidencia de la luz que penetra a través de ellos dota al espacio interior de un cierto toque místico.
El cierre de los patios interiores se resuelve mediante la disposición al tresbolillo de muros de hormigón visto y cierres acristalados que permiten controlar las visuales entre el hall y las salas velatorio.