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Seguro que eres de esas personas que quisieran tener una chimenea en casa, ¿verdad? Sientes la atracción por su intimidad o su sensación de abrigo y recogimiento, especialmente ahora que se acerca el invierno.
En pleno invierno, pocos placeres son tan agradables como el de sentarse frente a la chimenea y disfrutar al abrigo de su calor de una velada familiar con los niños, las mascotas o contando viejas historias familiares.
Iconos del romanticismo, de la Navidad más americana, de reuniones familiares y cientos de películas de esas que ponen a las 16:00 los fines de semana. Las chimeneas pisan fuerte allá donde van.